julio 12, 2007

TriANGuLo MiLiTAr

Putin ha propuesto a Washington compartir sus instalaciones en la avanzada base de radar de Galbala en Azerbaiján, alquilada durante diez años, al ser la más próxima a Irán, el enemigo de mañana según el Pentágono en razón de sus trabajos nucleares, aunque los expertos en el tema estiman que hará falta de tres a cinco años para que Teherán disponga de los misiles y lanzadores adecuados de largo alcance. Pero los Estados Unidos están descubriendo lo que puede ser un nuevo enemigo más poderoso: China. El Pentágono y otras fuentes de la defensa norteamericana han elaborado un grueso dossier sobre el peligro derivado del progreso del armamento chino.
En diez años los chinos han realizado lo que costó a los soviéticos veinte en materia de misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares.
Es improbable un ataque nuclear chino contra los Estados Unidos y Europa, pues por el momento se encuentra con un ojo sobre Taiwán y otro sobre el sudeste asiático. China manifiesta más bien su potencia con exhibiciones públicas, y en 2006 seleccionó un objetivo en el espacio: un satélite de observación ya en el fin de su vida activa fue destruido, mostrando así que su armamento espacial se encuentra a punto.
China ha demostrado la seguridad de sus últimos misiles intercontinentales, los DF-30, DF-31 y DF-31 A, con alcance de 7.000 a 11.000 km.
Este armamento ha sido lo que ha incitado al Pentágono a hacer sonar la alarma. Pekín ha respondido haciendo notar que después de todo ello no significa sino su entrada en el restringido club de los "grandes", no queriendo estar en desventaja con Washington y con Moscú. La Marina de Guerra china posee hoy submarinos nucleares capaces de lanzar misiles JL 2 de 8.000 km. de alcance, sin hablar de los misiles de corta y media distancia, entre 300 y 600 km, como los 900 cohetes situados frente a Taiwán. China dispone, asimismo, de medios para destruir los satélites de comunicación occidentales.
Rusia por su parte ha desarrollado el más avanzado misil intercontinental hoy existente en el mundo. Se trata del RS-24, el único con ojiva variable direccional, capaz de atravesar cualquier defensa antiaérea, incluidas las más avanzadas norteamericanas y europeas, complementadas con los misiles SS-26.
De estos últimos el presidente Putin ha declarado que podrían ser dirigidos a objetivos de Europa occidental, en contrapartida ante los sistemas instalados por la OTAN en Polonia y por el gran radar en Chequia.
¿Hay que alarmarse por tales noticias? El presidente ruso vuelve al mito del "enemigo anti ruso", un viejo método que ya dio un buen resultado a Stalin y a sus sucesores. Pero acaba de firmarse un acuerdo entre Boeing y Aeroflot para la entrega a Rusia de veintidós aviones de transporte del tipo Dreamliner por valor de 3.000 millones de dólares, prueba de que a pesar de los gestos de Putin, las relaciones ruso-norteamericanas marchan a buen ritmo.
Quien procede de otra manera es el gobierno chino, que no quiere depender exclusivamente de Boeing y de su competidor europeo Airbus, y está impulsando el diseño para construir un avión chino de tamaño medio.
Como conclusión, a pesar de la avanzada tecnología militar rusa, y el fulgurante avance militar chino, por el momento no parece existir un riesgo comparable al de los tiempos de la "guerra fría".

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